viernes, 17 de julio de 2015

Sospecha micromágica


Algún día barnizarás el mundo con un color no inventado todavía. Enseñarás ese tono inventado en tu paleta nueva, será una luz de gelatina, un libro-juego.


[Conversación con la difunta madre, experimento de imaginación activa]



¿Micromagia?
La magia es sutil. Se esconde como una carta encima de la mesa.  A pesar de las miles de muertes de dios, hagamos una caótica asociación de ideas, ya que este país, Papel, me permite libertad de expresión; el superyo interviene (¡esquizofrenia!) “dejadla, no sabe lo que hace” - como un vano apéndice del brazo y etcéteras; a pesar de un cúmulo de naderías que abarca al conjunto de los alfileres, las fotocopias, el papel adhesivo, el rímel, los euros, las compresas, las maquinillas de afeitar y cualquier enumeración cotidiana elevada a la enésima potencia como los typex  (falo redentor de errores yin); a pesar de un conjunto de menudeces que pasa por encima del reloj, la tiza, el boli o las patatas fritas; a pesar de todos los fetiches del universo y de todas las representaciones de Macbech; a pesar de los infillones de tareas, de exposiciones, de esparadrapos, de telebasuras, de cobertores, de talleres de poesía, de parques zoológicos y todo ese ejército de formas que puebla aquello que llaman Realidad; a pesar de los “a pesares", ¡desilusiónate! porque la magia continúa con su rostro de prima ingenua y pocas veces lo permuta por una sonrisa de mafioso. Guiña un ojo que pocos ven. Tal vez es bizca. Tal vez se ha puesto un parche.
Hoy escuché por casualidad (¿acaso hay algo que no suceda por causalidad? ¿El sol no sale por causalidad?) el comentario de Alguien. Ese Don Alguien decía que, actualmente, el Ser Humano – expresión que deberíamos lavar con estropajo –  como en la Antigüedad,  se sigue inquietando por su futuro. Sin embargo, ese Homo Resapiens - como diría hace lustros Pietro Lumbarda- , en vez de consultar oráculos, se contenta con escuchar las predicciones meteorológicas y actualizar la cuenta en el cajero automático.
Conclusión: No sabemos si la magia existe, pero en todo caso, algo que se le parece deambula por nuestros alrededores en zapatillas de estar por casa. 

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