miércoles, 15 de julio de 2015

I. PLANISFERIO CRONONAUTA. EL CONTINENTE AMOR.

 PLANISFERIO CRONONAUTA. EL CONTINENTE AMOR.  HIEROS GAME

Hay tres temas literarios fundamentales, en torno a los cuales basculan todos los tópicos imaginables.Visualiza un TABLERO DE JUEGO con tres continentes: el Amor, la Vida y la Muerte. 
El objetivo de este apartado es convertir la quinta dimensión en espaciotiempo a través de un mapa simbólico. Nos encontramos ante una herramienta crononauta que, esperamos, sepas utilizar.


I. EL  CONTINENTE AMOR

En la esfera del amor, los seres se preocupan por su comunión y por la índole de sus relaciones. Esas relaciones, según la imaginería literaria,  son de tres clases.

I.      El AMOR SALVAJE (IMPURUS/ FERINUS)
¡Arroja de tu corazón virginal las llamas que te consumen, si puedes, desdichada! Si yo pudiera, sería más dueña de mí; pero me arrastra, contra mi voluntad, una fuerza insólita, y una cosa me aconseja mi deseo, otra mi razón: veo lo mejor y lo apruebo, pero sigo lo peor. “
Ovidio, Metamorfosis, VII

El amor fundamentado en el deseo es el origen del sufrimiento, la MELANCOLÍA ERÓTICA o ACRIETUDO AMORIS, que es motivo de las QUEJAS DEL ENAMORADO.

El FUROR AMORIS (Furor de amor) determina el amor como una enfermedad que niega todo poder a la razón. La felicidad del poeta depende de la respuesta a su deseo sexual, que le aliena fanáticamente. Se siente encarcelado en una CÁRCEL, está preso en la  RELIGIO AMORIS:

SEMPRONIO: ¿Tú no eres cristiano?
CALIXTO: ¿Yo? Melibeo soy y a Melibea adoro, y en Melibea creo y a Melibea amo.

La Celestina

El amor, en este caso, se convierte en una esclavitud de emociones paradójicas: ODI ET AMO (Te odio y te amo). Esto, de algún modo, demuestra que el odio no es lo contrario al amor. El odio sería una especie de amor frustrado, no correspondido.


II.      El AMOR MIXTO (MIXTUS)

Cuando el deseo de lo físico se amplía hacia lo espiritual, nos hallamos en el terreno del  amor romántico. Los sentimientos contrapuestos se intensifican, el amor físico hace un primer llamamiento al amor metafísico. La con-fusión siempre es previa a la fusión.

"Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado".

Francisco de Quevedo.

En este baile se busca la CONCORDIA DE OPUESTOS (Baltasar Gracián dice que nuestra vida se "concierta de desconciertos"). 

En todo caso, MILITIA AMORIS: el amor se expresa como contienda bélica que busca la conquista del ser amado.[1] El proceso puede ser arduo: puede naufragar en el amor salvaje, puede sublimarse en el buen amor.


III.      El BUEN AMOR (AMOR BONUS)

Es el amor que carece de deseo físico: místico, platónico, estético, sin sed de posesión. Es eterno, perdura más allá del cuerpo, porque esta clase de amor bebe de la idea pura del amor. Es el AMOR POST MORTEM (Amor más allá de la muerte):

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la ribera,
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión ha sido,
Venas que humor a tanto fuego han dado,
Medulas que han gloriosamente ardido:
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.

Francisco de Quevedo, “Amor constante más allá de la muerte”

El IGNIS AMORIS (El fuego del amor)o FLAMMA AMORIS concibe el amor como una llama interna, la “llama de amor viva” de la que habla San Juan de la Cruz en su poesía mística. C


EL GOZO DE AMOR

Hay un poema del poeta clandestino Peter Warrior[2] que expresa: “Gozo, porque gozas.” En el continente Amor existe un prado lleno de rosas salvajes, cuyos perfumes dicen:

-          COLLIGE, VIRGO, ROSAS (Coge, virgen, las rosas ...)

Quizá aluden al carácter irrecuperable de la juventud y la belleza. Invitan a gozar del amor (simbolizado en la rosa) antes de que el tiempo robe nuestros mejores años.

Sin embargo, el gozo del amor tiene mucho que ver con el ARS AMANDI[3] (El arte de amar),  una labor creativa en la que no basta la belleza física.

“Si quieres ser amado, sé amable; la belleza del rostro ni la apostura arrogante bastan a asegurar el triunfo […] Si aspiras a la fidelidad de tu dueño, has de juntar las dotes del alma con las gracias corporales. La belleza es un don muy frágil: disminuye con los años que pasan, y su propia duración la aniquila. No siempre florecen las violetas y los lirios abiertos, y en el tallo donde se irguió la rosa quedan las punzantes espinas.”

Ovidio, Arte de amar

En el gozo del amor, por otra parte, también incide la descripción de la belleza del ser amado. En la tradición literaria hallamos, a este respecto, a la DESCRIPTIO PUELLAE (Descripción de la joven). Normalmente, nos encontramos ante la descripción física enumerativa-gradativa de una chica siguiendo un orden descendente: cabeza, cuello, manos... como si fuera una obra de orfebrería lujosa. Su cabello es oro, sus mejillas ruborizadas son rosas; cristal, su frente; coral, sus encías; perlas, sus dientes, etc...   Responde a una fórmula muy conocida de la poesía petrarquista. El rostro es el centro de esta belleza, se habla de su cabello -rubio-, de su tez, del color blanco, de sus frente, de sus cejas, de sus ojos, de su boca, de su cuello, de sus dientes... ¿Y qué pasa con la belleza masculina? ¿Y qué pasa con las morenas, las castañas y las pelirrojas? A lo largo de la historia oficial de la literatura, ha habido pocas mujeres escritoras, aunque naturalmente, siempre han existido. YA ES HORA DE ESCRIBIR LA HISTORIA SECRETA DE LA LITERATURA, QUE ES TAMBIÉN SU HISTORIA SAGRADA.

A menudo se contrapone la DONNA ANGELICATA  (o mujer angelical, en italiano) con la FEMME FATALE (o mujer fatal, en francés).  La primera es una amada divina, psicopompa y de origen petrarquista, mediadora entre Dios y el poeta: depura el amor de la sexualidad y el pecado, y lo transforma en un amor a la filosofía, a la virtud y a Dios. La segunda es más tardía, es hija de los simbolistas franceses: tiene OCULOS SICARII (Ojos homicidas) y un carácter simbólicamente asesino. La segunda suele ser morena o pelirroja... Después, se incidirá en la MUJER ADÚLTERA:  en el siglo XIX, Emma Bovary, Ana Karenina o Ana Ozores testimonian la frustración de la mujer burguesa que ha alcanzado una formación intelectual semejante al hombre pero es prisionera de un sistema de valores antiguos que le encadenan a él. 
Pero ya estamos en otra época. En esta época, las mujeres escribimos y los tópicos del amor son diferentes. El objeto amado ya no tiene por qué ser estereotipado en su belleza. El erotismo y la pornografía no hacen que el amor sea impuro. Queremos amar libremente y que todos los cuerpos sean sagrados, DESEANTES Y DESEADOS.  Por lo tanto, el gozo del amor depende de una exploración libre de la belleza, más allá de los cánones establecidos. Ahora existe la DESCRIPTIO PUER que empieza desde el dedo gordo del pie…

Por último, existe otro tópico sobre el lugar del idilio amoroso, que se llama LOCUS AMOENUS (Lugar agradable). ¿Cómo imaginas el paraíso? Aquí volamos hacia el carácter mítico del paisaje ideal, descrito bucólicamente a través de sus diversos componentes (prado, arroyo, árbol...) y relacionado, casi siempre, con el sentimiento amoroso. Según Ernst Robert Curtius es un lugar natural provisto de tres elementos: agua, prado y sombra de árboles, que invita a la conversación o al descanso. Es el escenario de los diálogos ciceronianos y de las conversaciones de la literatura pastoril. Si falta cualquiera de esos tres elementos, no se trata de un lugar delicioso.  Deriva de Teócrito y de Virgilio. No importa la precisión geográfica, sólo que sea el marco ideal para el amor. Garcilaso y Jorge de Montemayor son buenos exponentes en el uso magistral de este tópico.

En cuanto al amor divino... ¿Cómo llegar hasta él? Tal vez leyendo el LIBRO DIVINO DE LA NATURALEZA.  Según la escolástica, Dios compuso dos libros: la Biblia y la Creación. Así pues, no sólo se puede alcanzar a Dios leyendo las escrituras, sino que a través de la contemplación de la perfección de la naturaleza y sus criaturas puede el hombre elevarse mediante ese conocimiento o ciencia hasta Dios. 






[1]              Esta idea procede de Ovidio (Amores, I 9).

[2]              Magister dixit ("el maestro ha dicho" o argumento de autoridad ). En la Edad Media las opiniones escritas se respetaban no por su verdad intrínseca, sino por el prestigio de quien lo ha afirmado; no se discute lo que han dicho las grandes figuras, porque no existe sentido crítico. El sentido crítico aparecerá en el Renacimiento cuando la imprenta vulgarice la lectura y multiplique el número de los libros y, por tanto, el número de contradicciones y de opiniones divergentes. 
[3]              Si el lector está interesado en este tema, suplique a las musas y dáimones que inspiren el siguiente libro de la MAGA: HIEROS GAME.

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