miércoles, 15 de julio de 2015

Manifiesto de la inspiración pandémica

MANIFIESTO DE LA INSPIRACIÓN PANDÉMICA
La inspiración pandémica
 Inspirar es la actividad más llena de muchedad. Inspirar es mucho mejor que tener, porque la inspiración no busca afuera, sino adentro. Inspirar es la belleza de los ciento volando frente a la miserable cautividad asesina del pájaro en mano.
Uno de los problemas fundamentales de la época actual es que se presta demasiada atención a los problemas fundamentales de la época actual. Estas tragedias, por lo demás, son creaciones oscuras e inconscientes de aquellos que después fingen o padecen alzhéimer sobre su propia responsabilidad. ¿Os imagináis a alguien vertiendo cianuro sobre un estofado, y después comiéndoselo, para culpabilizar, más tarde, a las marcas comerciales de cianuro sobre su intoxicación? Cuando el ser humano asuma el principio mágico del mentalismo -¡allá van siglos y siglos de tradición hermética!-, se reconocerá co-creador de la realidad en la que vive.
Si la inspiración, experiencia extática de furor poético en la que el artista trasciende su propia mente para recibir el pensamiento de los dioses, fuera el móvil principal de la vida humana y se convirtiera en el fundamento del sistema económico, se lograría un cambio de paradigma social, y aparecerían nuevos nombres para la felicidad (al igual que los esquimales tienen 20 nombres para designar el color blanco).
La diferencia entre el sistema capitalista y la inspiración pandémica es que en el sistema capitalista el individuo pretende intercambiar lo mínimo por lo máximo. La afirmación del ser capitalista es, tal y como dijera Hobbes, Homo homini lupus: o te comes o te comen; o ganas o pierdes; o estafas, o eres estafado. En la inspiración pandémica uno se sacia dando, porque regalar es sinónimo de abundancia, porque, como dice el antiguo proverbio hindú: lo que no se da, se pierde.


  • El primer paso para mantener inspirada a toda la humanidad durante el máximo tiempo posible es lograr un cambio de paradigma. El sistema capitalista debe morir. Parece difícil, ¿verdad? ¡Pero no es imposible!
  • No mires a los otros. Mírate a ti. Deja que muera el capitalismo en tu interior. En realidad, en el lecho de muerte, te importará un solemne rábano el número que pone en tu cuenta corriente. Y, es más, mejor que no tengas nada para dejar en herencia, porque, ya sabes, todos terminan peleándose.
  • Calma. Atención. Agradecimiento. Amor. Paciencia. Belleza. Acción coherente respecto a lo que evocan los conceptos anteriores. 

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