[Uni-verso] Los versos son surcos de arado en la
tierra fértil. El uni-verso será, tal vez -si imaginamos-la gran ranura fértil
que hace germinar a las galaxias.
Escribe versos extensos como el mundo
y alargados como cicatrices. Versos jugosos, eróticos, hedonistas y
parturientos como el sexo de una mujer en la noche de Walpurgis.
Escribe hendiduras en la carne,
ojos-recipientes de imágenes, arrugas de experiencia irreversible, labios
entreabiertos pero mudos y hortelanos, palabras nacidas del sol y del agua y
del viento que siembra y de la tierra que mece.
Escribe y los latidos del tambor
llamarán a la nube y verás la sonrisa de un dios tras el paisaje, un dios
colega que garabateó sobre el lodo y vio surgir un corazón plomizo que respira.
Escribe y haz llover sobre el
desierto, que las lágrimas florezcan en la nieve de la página y un oso polar
aúlle sobre tu jardín helado.
¿No sabes escribir?¿Y ese compost? El
dolor macerado servirá. Abona el nuevo amor con la podredumbre del pasado.
Escucha el crujido lúbrico de las raíces sigilosas, las neuronas subterráneas
de la madre tierra. [f.2v]
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